Después de 20 años de la masacre en la que Lupita perdió a su familia, Acteal se ha convertido en testimonio vivo del acoso bajo el que viven los pueblos originarios en México. Mujer indígena, nombrada concejala del Congreso Nacional Indígena es ahora la voz de todos aquellos que se resisten a vender la sangre de sus mártires y a perder la tierra y tradiciones que heredaron de sus antepasados. Su lucha se centra en preservar la memoria colectiva y trabajar para lograr justicia.